El Gran Sol Rojo del Amanecer

domingo, 20 de enero de 2013

UN PASO ADELANTE, AL FIRMAR LA DECLARACIÓN CONJUNTA DEL 26 DE DICIEMBRE, Y DOS ATRÁS


Por Quibian Gaytan
Vocero del Comité Central del Partido Comunista (Marxista-Leninista) de
Panamá


El partido en el Estado Español Organización Comunista Bandera Roja (OCBR) tomando como verdad de a puño una conseja dirigida a nosotros por el CR-PCE., asumiéndola también nos recomienda profesoralmente de “lo necesario que es pasar del “pensamiento Mao Tse-tung” al maoísmo”. (El resaltado les pertenece). No compañeros,  no es correcto dar consejos sin que nadie se los solicite. ¿Por qué si Ustedes no se siglan así, recomiendan otros así lo hagan? Hacer eso es inadmisible, es ingerirse en la majestad estructural de un partido comunista independiente; irrespetuoso y violador de las normas tradicionales consagradas en las relaciones interpartidarias en el Movimiento Comunista Internacional, de ayer y de hoy.

Escriben, además, como para remarcar el tributo que pagan al neocolonialismo  ideológico: “… es perfectamente entendible  para todos los maoístas, que consideran el maoísmo como parte y desarrollo del marxismo-leninismo”. ¡Habéis descubierto la goma de mascar! ¡La mayoría tiene siempre la razón, por lo que a la supuesta “minoría” sólo le toca marcar el paso del pelotón. ¡Que profundidad de pensamiento!

Para algunas personas, por estarse dando pellizcos en el ombligo, obnubilada la conciencia por la creencia de ser el centro único no ya del mundo del marxismo sino del Pensamiento Maoísta, no dejan pasar por su mente  el hecho político objetivo de que más allá de su horizonte ideologista existen otros proyectos de unificación internacional, que poseyendo el mismo objetivo correcto de construcción de la Nueva Internacional Comunista, están dando pasos concretos en esa misma dirección pero desde otras perspectiva del acumulado teórico y práctico del Movimiento Comunista Marxista-Leninista basado en la verdad universal y en el enriquecimiento de los principios revolucionarios proletarios legados por el camarada Mao, desde la segunda mitad del siglo XX a hoy.

 Ciertamente, entre esa diversidad de proyectos internacionales existen y subsisten una gran gama de diferencias teóricas interpretativas, de mayor o menor acercamiento al pensamiento de Mao, reclame de ortodoxia de líneas estratégicas y tácticas y del camino más o más  expedito a la victoria de la revolución social. Son, ellos, factores de diferenciación ideológica, contradicciones objetivas y subjetivas, de desunión política y organizativa entre los diferentes proyectos organizativos internacionales y en el seno mismo de cada uno de ellos. Debido a los cuales encontraremos y encontramos siempre en el seno de los mismos, sea a nivel de proyecto organizativo y político internacional o de cada concreción organizativa nacional, un ala de derecha, un ala de centro y un ala de izquierda. No obstante, dichos factores hasta cierto punto limitantes, tienen en común, además de la realización victoriosa de la Revolución Proletaria Mundial y la instauración de la Dictadura del Proletariado internacional, el reconocimiento e implantación como ciencia de la emancipación del proletariado y de la humanidad aún oprimida el Pensamiento-guía de Mao Tse-tung o Maoísmo, el marxismo-leninismo del siglo XXI.

Es, pues, tarea internacional central  conseguir la unidad en la diversidad de interpretación y aplicación del Pensamiento-guía Maoísta. Tarea política, de valor internacional y absolutamente insoslayable, que demanda de todo comunista proletario e internacionalista el buscar, identificar y unir a la izquierda, maoísta, ganarnos al centro avanzable a la izquierda, neutralizar o recuperar a la derecha de cara al sano pensamiento maoísta y a la violencia revolucionaria.

Eso exige el sano juicio comunista, marxista-leninista-maoísta hoy. Pero no para ciertos “maoístas” –pésimos seguidores del pensamiento Gonzalo-, del tipo del CR-PCE, al parecer seguidos, a pies juntillas, por los compañeros del OCBR, indigestados por un dogmatismo ideologista trotskysante, se comprometen en una adulteración absolutista y burocrática de la maoísta tesis de la lucha de dos líneas. La que en sus manos se convierte, bajo un atosigado y  momificado enfrentamiento a “muerte” entre “línea roja” y “línea negra” sin contenido comunista proletario real en materia de organización del partido y de la Internacional en fraccionalismo de hecho y eternas pugnas “literarias” sobre cuestiones vitales o de segundo orden. Absolutizar, venga a cuento o no, la lucha de líneas: encontrar y batir al revisionismo, al eclecticismo y el conciliacionismo y si no lo encontramos entonces debemos inventarlo. Pero, no en la propia estructura partidaria. ¿Qué es  todo eso? Revisionismo de nuevo tipo, pero en su real significado político y de clase anarquismo en materia de organización de la más pura cepa.

¿Acuso, por todo lo señalado arriba, a los compañeros dirigentes de la OCBR de ser trotskystas o de ser falsos maoístas? De ningún modo. Por firmantes de la Declaración Conjunta del 26 de diciembre último nada los señala de tales. Sólo que se han dejando sorprender en su buena fe o se han dejado llevar por diferencias circunstanciales o exacerbados sentimientos nacionalista como señalan los camaradas de la UOC (MLM) en su último Pronunciamiento -  recordemos que ellos mismos se reconocen como formando parte del “Estado Español”- dados los venenosos y “carroñeros” ataques, como los calificase el Colectivo del blog Odio de Clases, y  lo son aunque los señores del  CR-PCE hayan intentado cubrirse con un desinteresado e inocuo derecho de “crítica”.

El derecho de crítica es norma de principios y de vida en un Partido Comunista. Se trata de una ley general de construcción del Partido Comunista, en el país que sea, y del viejo Movimiento Comunista Internacional como del Nuevo en construcción. El principio de la crítica y autocrítica es un arma de evitar y corregir los errores en y el Partido y de cada miembro de él; una herramienta de educación colectiva y de autoeducación del militante o cuadro. Jamás puede ser utilizada como un arma destructiva del aparato del Partido o de la personalidad individual de cada miembro. Libertad de crítica y deber de autocrítica son, pues, dos aspectos que dialécticamente se complementan. Tiene un valor absoluto en y para el Partido, su único limitante es que debe apoyarse indefectiblemente en la Línea Organizativa del partido (Declaración de principios, Programa Político y en los Estatutos partidarios). Por lo que, de no existir crítica y autocrítica en un Partido Comunista y en el MCI (mlm), entonces o no existirá vida normal y sana en su seno o no estaremos ante un Partido Comunista de tipo leninista-maoísta.

La crítica como la autocrítica, como queda dicho, jamás puede ser utilizada, por fuerte que sean las discrepancias, como un arma de aniquilamiento de un miembro o parte formativa del Partido, ni de sacudimiento de la vida democrática y unidad interior del Partido ni como mandurria utilizada contra un Partido o Colectivo comunista con la cual se han contraído compromisos de fraternidad o de mutuo reconocimiento. Si alguien hiciese eso, ya no estaríamos de cara ante un correcto utilizamiento de la crítica y la autocrítica, sino ante genuino ataque. Se crítica al camarada o al Partido Comunista fraternal, se ataca al enemigo de clase en materia ideológica, materia política y revolucionaria y en materia organizativa. Eso debe quedar absolutamente claro y no puede haber discusión o peros al respecto. Se trata del ABC del marxismo-leninismo-maoísmo.

ABC del marxismo-leninismo-maoísmo que, por el contrario, caracteriza indeleblemente el tipo de relaciones que el CR-PCE quiere imponer –a golpe de vaqueta- a otros Partidos, con los cuales mantiene o ha mantenido puntos de afinidad y puntos de diferencias (preciso, toda diferencia es ya una contradicción en el seno del proletariado comunista a superar). Constante y reiterativamente éste Partido, aunque tratando de matizarlos con llamado a “no confundir la crítica con ataque”, ha estado violando estos principios normativos de las relaciones entre partidos fraternales. No tiene pepitas en la lengua ni control sobre las teclas del ordenador. Así públicamente, sin que mediasen relaciones formales de reconocimiento y respeto mutuo, nos han llenado y eso cuando sólo hemos tenido contactos informales desde 2011 de vituperios, groseros, infamantes e ingerecionistas: “oportunistas”, “revisionistas”, “oportunistas”, “eclécticos” y otras lindezas adjetivales. Los que las hemos recibido con encogernos de hombro; es más, le hemos señalado, en intercambio epistolar bilateral, libre sois de etiquetar a Raimundo y a todo el mundo como os plazca. Pero, por lo menos, tenemos el derecho de exigirles sobre que hechos concretos basan su exigencia de conducirnos ante un Tribunal de Disciplinamiento Internacional Comunista marxista-leninista-maoísta y la entidad internacional que debería atender este histórico caso. ¿El MRI? ¿CIPOML-ICOR?

Por lo que se sabe, y lo saben tanto el Movimiento Comunista Internacional Marxista-leninista-Pensamiento de Mao Tse-tung, el Movimiento Comunista Internacional Marxista-Leninista-Maoísta como el Movimiento Comunista Internacional (Maoísta) nunca hemos sido parte del MRI, como  tampoco adscritos hasta ahora a la Línea General Internacional del PCP. Aunque sí hemos sido y somos parte de CIPOML-ICOR, con el cual hemos contraído compromisos políticos, de respeto y reconocimiento mutuo, de respeto a la propia identidad ideológica marxista-leninista-Pensamiento de Mao  Tse-tung y no injerencia en los asuntos que competen a cada quién y no realización de debates públicos, entre otros. CIPOML-ICOR han respetados dichos acuerdos y nosotros, el PC (ML) P, intentado cumplir con los compromisos conscientemente adquiridos.

Aún antes de ese marco de acuerdos con CIPOML-ICOR, nuestro Partido ya ha establecido independientemente su propia Línea Internacional. Esquemáticamente resumible así, bregar activamente por la construcción del Partido Comunista Mundial de Nuevo Tipo, por una nueva Internacional Comunista basada en el Marxismo-Leninismo-Maoísmo, y buscar establecer contactos y relaciones con todos los Partidos Comunistas Marxistas-Leninistas-Pensamiento de Mao Tse-tung –aún no conocíamos la existencia del Movimiento Comunista Internacional (Maoísta), aunque sí referencias bastante débiles sobre el PCP y el MRI- de los diversos países del mundo. Desarrollando tal tarea nos hemos propuesto establecer contactos y relaciones con todos los partidos comunistas marxistas-leninistas, hoxhistas, no marcadamente hostiles al marxismo-leninismo-pensamiento de Mao Tse-tung, con la convicción en ellos podríase encontrar un ala de izquierda consecuentemente marxista-leninista antirrevisionista.

OCBR ha cometido un desliz, por decir lo menos, por desconocer, al parecer, nuestra existencia política organizativa, trayectoria política y nuestra toma de posición ideológica plasmada en nuestros Documentos Centrales (Programa Político Fundamental y Programas concretos o plataformas políticas concretas, Declaración de Principios y Estatutos), como de nuestra Línea Política Internacional. Él, el redactor del comunicado de enero del OCBR, al repetir mecánica y seguidistamente el “consejo” del CR-PCE respecto a los comunistas de Panamá –quizás tras intentar informarse de escritos de renegados del maoísmo y degenerados en neorevisionistas parlamentaristas panameños, del tipo del MLN-29-, con la transparente ingenuidad de una monja política, condescendientemente nos alecciona el que debamos pasar del Pensamiento de Mao Tse-tung al “maoísmo” tal como lo entiende CR-PCE. La cosa era risible, por ridícula.

Pero, a OCBR no vamos a pasarle el desaguisado. Puesto que también ellos cometen el mismo error de los maoístas ecuatorianos. Por cuanto, también él, nos resulta incapaz de no respetar nuestra independencia política e ideológica y orgánica. Hemos de señalarle en respuesta que: Desde nuestra ruptura con el partido revisionista de Panamá (denominado Partido del Pueblo, un partido browderiano y prokruschevista), y de la cual hacíamos parte hasta 1968, hemos asumido el Maoísmo como fundamento ideológico de nuestra fracción en el seno del mismo, la Corriente Ala  Proletaria, y del intento organizador del Partido Comunista Revolucionario de Panamá,  desgraciadamente fallido al  fracasar un operativo nuestro contra la dictadura militar del gral. Omar Torrijos y por la cual la mayoría de la Dirección fue encarcelada. En 1972, nos reorganizamos provisionalmente como Frente Obrero Socialista (Marxista-Leninista-Pensamiento de Mao Tse-tung), identificándonos y siendo reconocidos públicamente como “maoístas” (1972-1979); luego de la acción divisionista y liquidadora de los “hoxhistas”, en 1980 hemos creado el Buró de Reconstrucción del Partido Comunista (Marxista-Leninista) de Panamá, asumiendo el marxismo-leninismo, hoy Maoísmo como nuestro Pensamiento-guía; hemos editado, en los diferentes períodos de nuestra existencia política y organizativa, Tribuna Socialista (1969-70), Bandera Roja (1973-1979) y Nueva Democracia (1981-2012) como órganos centrales de nuestras iniciativas orgánico-política en el transcurrir de los diferentes momentos políticos.

Asimismo, cabe señalar, OCBR como el CR-PCE por alguna razón, lo más seguro por deficiencias en nuestro trabajo de relaciones internacionales –además, porque en nuestro país el imperialismo y la oligarquía burocrático-compradora han mantenido por largo período y que no nosotros no hemos podido romper las fronteras ideológicas cerradas al maoísmo, no así para el castroguevarismo y el revisionismo moderno, no hemos podido establecer relaciones formales con partidos marxistas-leninistas de los diversos países, como tampoco hemos podido discernir e individualizar claramente en la multiplicidad de escuelas de interpretación y aplicación del Pensamiento de Mao o maoísmo. Por lo que, a todo lo largo de 10 años, hemos estado forzados a desenvolver nuestra actividad política e ideológica completamente aislados y de manera independiente del Movimiento Comunista (ML). No obstante, por todos los años 80, fue la primera vez que rompíamos el cierre de la frontera ideológica,  hemos establecido relaciones muy íntimas con el Partido Marxista Leninista Italiano (sustentado él en el Marxismo Leninismo Pensamiento de Mao) el cual nos ha servido de punto de guía y orientación ideológica, pero respetado firmemente nuestra independencia de interpretación ideológica y las relaciones que pudiésemos establecer con otros partidos comunistas antirrevisionistas aunque no compartiesen afinidad con su propia posición ideológica.

Aclaremos también que con el Partido Comunista del Perú, como queda señalado más arriba, nunca tuvimos relaciones directas, informales o formales. Aunque ello no fue obstáculo para en nuestro país le defendiésemos y a la guerra popular que desarrolla. Así mismo hemos apoyado, defendido y propagandizado alrededor de la figura del camarada Abimael Guzmán y asumido tesis del Pensamiento Gonzalo; propagandizado y exigido por su libertad cuando en 1992 fuese detenido; tanto así que, a mediados de los años 80, los Servicios de Seguridad del dictador Noriega en colusión con aquel del Perú han enviado a Panamá a su agente provocador “periodista” Gorriti para que nos investigase. Se ha hecho costumbre en nuestro país, con miras de suscitar desconfianza y rechazo en parte de nuestro pueblo, desde los ambientes revisionistas (Partido del Pueblo) y neorevisionistas (MLN-29), el calificarnos de “gonzalistas” y “senderistas”. Si lo fuésemos, ello no nos agraviaría de modo alguno. Todo lo contrario, estaríamos orgullosos y altamente honorados. Pero, no lo hemos sido ni lo somos.

Probablemente seremos uno, con el PCP, como con el OCBR y CR-PCE, de lograr llevar a culmine la histórica tarea y lucha por la constitución de la Internacional Comunista de  Nuevo Tipo, marxista-leninista-maoísta, o simplemente maoísta.

OCBR debe ser más serio en el tratamiento de cuestiones serias. Se trata de postulados marxistas-leninistas, máxime maoístas, en el tratamiento de cuestiones de principios. En eso no se tolera opiniones fáciles, no sustentada en investigaciones concretas y dejarse llevar por la presunción o la “verdad” expresada por tal partido u Organización, por prestigioso que sean, respecto a entidades organizativas que desenvuelven su acción revolucionarias en entidades en sociedades alejadas de la experiencia concreta del criticador.  Ganar votos es fácil, no ocurre lo mismo con la investigación fáctica en que desenvuelve su acción política revolucionaria tal o cual  Partido o Colectivo pro-construcción e Partido Comunista Maoísta. Los juicios subjetivos, la mayor de las veces, empañan u ocultan la verdad objetiva, revolucionaria.

Tal es el caso, dicho sea de paso y aprovechando la ocasión, de su de su destructivo y sorprendente ataque a los camaradas del Colectivo Odio de Clase. ¡Pucha, que forma de anonadar al aliado, como si fuese el enemigo de clase!

¡En qué fundamentáis ese desaforado ataque público a OdeC? Mienten descaradamente y públicamente sobre el papel y comportamiento político e ideológico cumplido por ellos. Así como también de cara a su incuestionable papel internacionalista proletario y sus campañas por el logro de la unidad del Movimiento Comunista  mundial (maoísta). De la que han dado muestras y pruebas sistemática y permanentemente. El Colectivo de Odio de Clase, por su férrea identificación y defensa del Marxismo-Leninismo- Maoísmo se ha ganado con creces  un lugar  especial dentro del Movimiento Maoísta internacional.

Muy cuestionable y repudiable su ataque, que no crítica, al Colectivo de OdC por injusto y de mala leche. Por no haber sabido respetar las relaciones políticas e ideológicas que han mantenido hasta esa fecha con ellos. Nada les impedía, respetando dichas relaciones fraternales, el absolver las diferencias, de la índole que hayan sido,  bilateralmente. Haciendo recurso al intercambio epistolar y a los encuentros bilaterales para la búsqueda de lo que los  unía y superar los que los desunía.

Pero, no. Ustedes, compañeros de la OCBR, por alguna razón que se nos escapa (¿inexperiencia política en el tratamiento de las contradicciones en el seno de pueblo?) han aprovechado la ocasión de su reafirmación de la suscripción de la Declaración Conjunta para asestarle, sorpresivamente y sin justificación política alguna, un golpe en la nuca a OdC.  Intentan Ustedes tejer una justificación: OdC ha pecado de antimaoísmo por que mantiene relaciones con una Organización Hoxhista, calificando ello se traduce en que OdC “no practica la lucha de dos líneas en el seno del MCI”. ¿Hay alguna seriedad en una tal acusación?

Asumen Ustedes que las Organizaciones hoxhista son compactas como  un bloque de acero. Todos allí son provocadores, revisionistas y antirrevolucionarios, por lo que allí nadie es rescatable o sumable a la línea de la guerra revolucionaria como vía de la toma del poder. Allí no existen ni un ala de izquierda marxista-leninista sincera, ni un centro ganable a posiciones de izquierda proletaria. Por lo que sería inútil, quizá contrarrevolucionario, que el Partido Comunista (maoísta), el cual no existe aún o está en etapa de gestación en España, gastase esfuerzos y trabajo  para acercarse a la base proletaria y al ala de izquierda de los mismos para atraerlos a la revolución y a posiciones favorables al marxismo-leninismo-maoísmo. Con esa actitud, con esa política de puertas cerradas, estén seguro de ello, malograrán la construcción del núcleo dirigente marxista-leninista-maoísta y remitirán a las calendas griegas a la revolución.

La táctica que, al parecer, recomiendan ustedes echa a la basura toda la experiencia revolucionaria del Partido Obrero Socialdemócrata ruso (bolchevique) y del partido Comunista de Rusia (b) garantizador del triunfo de la  lucha política prolongada y su coronación con la insurrección proletaria de 1917. Así, como toda esa rica experiencia de lucha política y guerra revolucionaria de larga duración en China por la revolución y construcción socialista. Ni el Partido Bolchevique, de Lenin y Stalin, ni el Partido Comunista de China de Mao Tse-tung se han negado nunca, sin menoscabar mínimamente los principios guías, a suscribir acuerdos políticos con los partidos pequeñoburgueses, mencheviques y socialrevolucionarios que más antileninistas no podían ser, como tampoco el PCCh de Mao a aplicado una  política de puertas cerradas de frente al Kuomintang y otros partidos burgueses y pequeñoburgueses revolucionarios.

El Colectivo Odio de Clases, al rechazar ese izquierdismo infantil y ese dogmatismo trotskysante de ninguna alianza, táctica o estratégica, con partidos radicales pequeñoburgueses autoproclamados “marxista-leninistas”, al llevar a la práctica una línea política consistente en unificar, primero, a los marxistas-leninistas-maoístas, para luego, en le transcurso de aplicación de una política de lucha en la unidad al establecer niveles de coordinación con partidos radicales o nacionalistas pequeñoburgueses, está aplicando una correcta política proletaria y cónsona las lecciones dadas por el Marxismo-Leninismo y el Maoísmo.

Ustedes, compañeros de la OCBR, consideramos los comunistas de Panamá, no sólo se han equivocado ideológicamente en su valorización de la política del Colectivo Odio de Clases, sino en el método de enfrentar las contradicciones que mantienen con el mismo. En vez, de de tender puente de acercamiento y unidad con ODC, han buscado como dicen Ustedes mismo “sembrar cizaña y división”. Nada bueno cosecharán.


1 comentario:

  1. Muy esimados camaradas,

    Excelente documeto por el cual les damos la más sincera felicitación y asi mismo les agradcemos calurosamente las alusiones en defensa de ODC.

    Un muy grande y muy efusivo abrazo de nuestra parte.

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Datos personales

periodista obrero. Comunista (marxista-leninista). Antiimperialista, anticapitalista y antimilitarista.